Destino: Cuando la fe y la música se encuentran [Entrevista]

Esta no es una historia de otro reality show. Es la crónica de Destino, seis músicos que se lanzaron al abismo de la transformación y emergieron con la música tatuada como una forma de fe inquebrantable. Para No Limits, la banda desnuda su alma: desde el génesis de su conexión hasta el fuego que hoy los lleva a cumplir un sueño de otra vida: el Festival Arre en Monterrey, el próximo 8 de noviembre. ¡Descúbrelos a continuación!

Conecta con Destino

Todo comenzó en la televisión, pero lo verdaderamente importante nació posteriormente:

“Después de ese proyecto ya nadie fue el mismo. Volvimos a conectar con la música, a recordar por qué lo hacíamos desde niños. Pase a la Fama nos preparó física, mental y espiritualmente para creer otra vez, después de tantas heridas que a veces deja este medio”, confiesa Luis Partida, vocalista de la banda.

De ese proceso de sanación y reencuentro nació su tema “Máquina del Tiempo”, una canción que los acompañó en la final del reality y que se convirtió en su carta de presentación. “Fue un regalo que nos abrió muchas puertas. La canción es de Edgar Barrera, y aunque empezamos con una cumbia, no queremos limitarnos: vienen boleros, corridos, distintas formas de decir lo que sentimos”, asegura Destino.

Su inspiración no surge de la nada: nace de lo vivido, de las heridas y alegrías que cada uno carga consigo. En Destino, todos componen; cada integrante aporta un pedazo de su historia, una emoción o un recuerdo que se transforma en melodía cuando se sientan juntos a crear.  “Las ideas fluyen como lluvia”, cuentan. “Así nacen las canciones: de poner el corazón sobre la mesa, sin miedo.”

Eso mismo hacen sentir sobre el escenario, esa sinceridad se vuelve energía pura. No interpretan porque viven sus canciones.

“Cuando estamos tocando, se nos olvida todo. Nos divertimos, nos relajamos, y la gente lo siente. Esa energía se comparte.”

Es decir, lo que ocurre ahí arriba no se ensaya, se siente. El escenario es su punto de encuentro con la libertad, el lugar donde todo vuelve a tener sentido. Y es, precisamente, esa conexión que no termina cuando bajan del escenario. Al contrario, se expande y crece junto a la comunidad que los ha acompañado desde el principio.

“Nos debemos a ellos. Ya tenemos fans cercanos que sentimos parte del proyecto. Sin ellos, no somos nada. Son parte de esta historia que seguimos escribiendo juntos”, afirma la banda.

El nombre Destino parece haber sido elegido con precisión simbólica: es la palabra que los une y define. “Queremos que la gente vea que somos como ellos, que sentimos igual. Lo que vivimos en casa, en el trabajo o en el amor, todo eso está en nuestras canciones.” En cada letra hay un eco de lo cotidiano, una mirada que busca reflejar la vida tal como es, sin adornos.

Con su nuevo sencillo “El Destino”, la banda reafirma el rumbo que trazaron desde el inicio: trabajar, creer y no rendirse. “Los sueños se trabajan”, aseguran. “La vida te prepara para llegar a donde quieres, pero hay que ser valiente y no rendirse. Eso es lo que nos trajo hasta aquí.”

Y si de soñar se trata, tienen claro el siguiente paso: seguir creando y compartir su música con el mundo.

“Empiecen con unas cervecitas, luego un tequila —con moderación— y déjense llevar”, recomiendan entre risas. “Tenemos canciones para bailar, para reflexionar y para creer que todo se puede lograr.”

Porque, más que una banda, Destino es una travesía compartida. Un recordatorio de que la música también puede ser fe, que los sueños se construyen con constancia y que, a veces, el destino se encuentra justo ahí: entre una canción y quienes la escuchan.

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